Trabajar en lo que nos gusta es muy absorbente, y a veces no nos queda tiempo para otras cosas. Por ese motivo, queríamos aportar nuestro granito de arena a la labor de la ONG Fundación Canfranc, y les ayudamos como mejor sabemos: diseñando. Su campaña solidaria Libropensadores resultó todo un éxito, y no sólo en lo solidario sino también en lo social: por cada libro prestado en la biblioteca Cubit de Zaragoza se donó un euro a un proyecto humanitario diferente. Esta iniciativa enfocada al público juvenil cuenta con un doble propósito: fomentar la lectura y colaborar con un gesto que parece anecdótico pero de manera organizada puede ser eficaz. Cuando nos sugirieron el nombre lo tuvimos muy claro: no iban a aparecer libros por ningún sitio, no queríamos dar importancia a los libros sino a los lectores, a los que quisimos convertir en “superhéroes solidarios”.