En este poema cinético teatralizable hay muchas “nadas” pero, sobre todo, la más importante es la que se omite; La sonrisa de la nada es un eufemismo de la sonrisa de la muerte. Y es que su autor, Emilio Gastón, parece mirar directamente a los ojos a su destino y quemar sus naves en este divertido, humanístico y peculiar libreto. Pensamos que si el autor era capaz de crear una obra tan satírica y operística a sus más de ochenta años, y reírse con humor de su destino, bien podríamos usar también el humor para representar su obra. Es ahí donde la muerte entra en acción, personificada por una calavera muda, que desde la portada parece mirar con estupefacción todo lo que sale de la mente de Emilio Gastón.
La sonrisa de la nada
- Premio Selección Anuaria 2017 Cubierta de libro
Cliente:
Editorial Comuniter, 2016 Créditos:
Diseño, maquetación y cubiertas
– Víctor Montalbán